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2.7.11

¡Parálisis del sueño y la CTM!

Una noche, hace algunos meses, durante los chacales días de la PSU, me encontraba yo en mi camita intentando dormir con un terrible dolor de espalda, como si el estrés acumulado durante los días previos a la prueba más importante de mi vida, se hubiera concentrado todo en mi pobre lomo. Recuerdo que la molestia era insoportable, pase horas buscando la posición más cómoda para poder descansar mi cuerpo y alivianar el dolor, pero parecía ser inútil, el dolor era constante, lo que yo necesitaba era un buen masaje. Comencé como a revolcarme suavemente por toda la cama, frotando mi espalda contra ella, buscando automasajearme, y así el dolor cesó casi inmediatamente, y fue como si la sensación de placer y relajo se apoderaran de mi cuerpo. Seguí moviéndome por toda la cama, en aquel movimiento se encontraba la calma, me deslicé hasta el suelo, tan suavemente como si no pesará nada, y continúe frotando mi espalda en el piso, entre los libros desparramados con los que había estudiado todos esos días, entre las pantuflas, las zapatillas y la mugre.
Hasta que de pronto recuperé la consciencia, me vi de bajo de la cama entre mis cajas con cachureos, y en menos de un segundo, cuando apenas alcancé a preguntarme qué hacia ahí, de golpe, como por una fuerza involuntaria, regresé a la cama, hasta sentí el golpe que di en la almohada, y me encontraba ahí otra vez, donde había comenzado todo, tapada hasta el cuello, como si nunca me hubiera movido un centímetro. Cuando "desperté", abrí los ojos por segunda vez (yo sentía que ya los tenía abiertos, yo podía ver), y me costó un par de segundos moverme, mi corazón palpitaba fuerte y rápido, me sentía agitada, y aterrada corrí a prender la luz. Creo que esa noche no dormí hasta el amanecer.


Al día siguiente, aun con miedo, le conté a mi papá lo que me había pasado, y lo conversamos un buen rato. Yo sabía cual sería la opinión de mi papá, un tipo lógico: algún trastorno del sueño, una pesadilla muy real, el estrés por la PSU, qué se yo. Yo también siempre le busco la explicación lógica a todas la cosas, pero esta vez yo quería creer que había sido real, que me había desdoblado.
El tema del desdoblamiento, aunque jamás le creí a mi mamá, quien dice que tiene la capacidad para desdoblarse y viajar distancias increíbles (viajes astrales), visitar a quien quiera y hasta ver a personas "de otro mundo" u "otra dimensión" o "del más allá", siempre fue un tema que me llamó la atención, por eso tal vez quise creer que esta experiencia se había tratado de ese fenómeno, me sentía afortunada.


Hasta que estas "pesadillas" comenzaron a repetirse, pero ya no de la misma manera, tal vez un poco más aterrorizantes.
La segunda vez que me pasó, estaba quedándome dormida, cuando de repente empecé a sentir la misma sensación de "liviandad" que había sentido la primera vez, y como ya sabía de que se trataba, traté de despertarme, salirme de ese estado, pero fue imposible, no conseguí gritar ni moverme, y fue como entrar de nuevo en ose mundo. Entonces empecé a alejarme de la cama, mientras "gritaba" desesperadamente, gritos que ni yo podía escuchar. Finalmente conseguí volver, cansada, con miedo, agitada y transpirada.


Esta vez no quise contarle a nadie, no quería que me encontraran un poco loca, así como yo encuentro a mi mamá cuando me relata sus historias. Pasaron las noches siguientes, y yo ya tenía terror de dormir, desde entonces programo la tele para quedarme dormida, odio el silencio y la oscuridad.
La tercera vez y todas las siguientes, han sido mucho más cuáticas. Es lo mismo, antes de quedarme dormida absolutamente, me invade aquella sensación, y puedo adivinar: aquí viene otra vez. Por más que intento evitarlo, siempre ya es muy tarde, simplemente no tengo ningún control sobre mi cuerpo, ni sobre lo que pasa a mi alrededor. Pero esta vez algo empeoró, ya no estaba sola en mi pieza, había alguien más, un hombre gordo que cantaba, bien vestido,  parado en una esquina, mirándome, enojado. Mientras yo más me horrorizaba, "gritaba" e intentaba "despertar", aquel hombre parecía enojarse más. Una situación bastante estresante comprenderán. Una vez despierta, no me atreví a pegar un ojo de nuevo.

Y así ha sido desde entonces, siempre con "alguien" molestándome, siempre una tenebrosa figura queriendo asustarme, y fue también entonces cuando empecé a investigar en internet, y casos como el mio hay por montones. Y no, no se trata de desdoblamientos, se trata de la "Parálisis del sueño":

La parálisis del sueño (PS) es una condición muscular producida por la atonía que tiene lugar mientras la persona duerme. Se observa mayoritariamente en los momentos en que el individuo está despertándose, quedándose dormido, o comenzando una fase REM del sueño.

Según la Clasificación Internacional de Trastornos del Sueño, la parálisis del sueño consiste en un período de inhabilidad para realizar movimientos voluntarios al inicio del sueño (alucinación hipnogógica o forma predormital) o al despertarse, ya sea durante la noche o la mañana (alucinación hipnopómpica o forma postdormital).

La parálisis es totalmente normal y se produce cada vez que el individuo duerme. Es el mecanismo natural de defensa del organismo para evitar escenificar físicamente los ensueños, lo cual podría resultar dañino y peligroso para el individuo dormido (sueño REM sin atonía, no sonambulismo que se produce en las fases de sueño profundo). Normalmente no se está consciente en ese estado.
La parálisis consciente del sueño es un fenómeno extremadamente común que ocurre por lo menos una vez en la vida en el 40 a 50% de los sujetos normales.
Se reconocen tres tipos, las aisladas, las asociadas a otra patología y las de tipo familiar:

La parálisis del sueño de tipo familiar en individuos sin ataques de sueño o cataplexia es excepcionalmente poco frecuente, con sólo unas pocas familias descritas en la literatura. Puede estar asociada a otra patología, principalmente narcolepsia: entre el 17 y el 40 % de los narcolépticos aseguran haber sufrido algún episodio.

Puede aparecer de manera aislada en individuos sanos, o en una forma familiar que es transmitida genéticamente, o como uno de los síntomas clásicos de la narcolepsia. En estos casos está asociada a niveles altos de estrés y ansiedad; en algunos estudios se determina que la prevalencia puede ser del 30% en el último mes, sin que esté relacionada con una mala calidad de sueño.

Los casos aislados ocurren más frecuentemente al levantarse (alucinación hipnopómpica), mientras que en la forma familiar y en la narcolepsia, la parálisis es más común al inicio del sueño1 (alucinación hipnogógica).

La sensación de que resulta difícil respirar es consecuencia directa de la parálisis de los músculos voluntarios. Aunque una respiración automática superficial continúa, cuando la persona intenta, sin éxito, respirar voluntariamente, es común que sienta pánico y tema ahogarse. Cuando a esto se añade la sensación de una presencia maligna, la persona puede tener la sensación angustiosa de una muerte inminente.
Los sentimientos de sofoco también pueden ser inducidos por hipoxia e hipercapnia relacionadas con el sueño REM. Esta incapacidad para “recobrar el aliento” a menudo genera sentimientos de pánico relacionados con la posibilidad de morir por sofoco.

Para despertar de esta ensoñación se recomienda relajarse y no perder la calma, ya que se trata solo de un proceso temporal, en el que en realidad no corremos ningún peligro. Así se recomienda cerrar fuertemente los ojos, pues en la mayoría de los casos están abiertos o entre-abiertos o intentar mover zonas del cuerpo poco a poco, como pueden ser las piernas, los dedos de la mano, etc. También sirve intentar incorporarse de golpe, tratando de tomar respiraciones largas y grandes. Por último, si se depierta intentar levantarse completamente de la cama y estar despierto antes de volver a acostarse para así no repetir la parálisis del sueño.
La solución a este trastorno puede darse por antidepresivos tricíclicos, por su acción inhibidora del sueño REM. (Wikipedia)

He aquí la respuesta lógica a mis horribles "pesadillas" y mis desagradables visitantes. Desde que supe sobre la parálisis, he sabido controlarlo un poco más, y ya no aterrarme tanto.

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